Bunyamin (¡también conocido por Robin!) no es el típico comerciante, y eso es lo que hace que su historia sea tan apasionante;
Su historia no empieza en Wall Street ni en una escuela de finanzas, sino en Turquía, en un aula. Como profesor de idiomas, pasó años ayudando a otros a crecer y expresarse. Pero fuera de la enseñanza, estaba construyendo algo más: una creciente curiosidad por los mercados que acabaría convirtiéndose en una auténtica pasión;
"Siempre quise algo más", dice. "La libertad, la oportunidad de crecer y -seamos sinceros- la emoción de operar con mucho dinero. Ese era el sueño";
No empezó a lo grande. Su primera cuenta de trading tenía sólo 500 $. La mantuvo pequeña, operando con microlotes y ganando confianza poco a poco;
"Si ganaba 10 dólares en un día, estaba encantado", se ríe. "En aquella época, 40 o 50 dólares me parecían mucho. Se trataba del progreso, no de la cifra;
Pero, al igual que muchos otros operadores, Bunyamin atravesó una mala racha. Después de algunas pequeñas victorias, acabó arruinando su cuenta personal. Fue doloroso... pero en lugar de abandonar, hizo un cambio crítico;
"Ese momento lo cambió todo", dice. "Me di cuenta de que no era inteligente seguir arriesgando mi propio capital. Empecé a centrarme en empresas de apuntalamiento y fue entonces cuando las cosas empezaron a encajar;
Con las cuentas de capitalización, podía operar con un capital mayor bajo normas estructuradas. Le dio espacio para crecer, sin apostar la casa. Empezó a superar retos, a recibir pagos y a construir una verdadera consistencia;
Su proceso de negociación es disciplinado pero flexible. Cada fin de semana, se sienta a prepararse: escanea las próximas noticias, ve vídeos de análisis y comprueba el sentimiento de la comunidad inversora;
"Intento comprender la narrativa del mercado antes de que empiece la semana", explica. "Y durante la semana, me ajusto. No puedes limitarte a operar según tu plan, tienes que responder a lo que está ocurriendo en realidad;
El oro es su activo preferido, aunque no siempre sea amable;
"Me encanta comerciar con oro, pero es una locura,", afirma. "Solía moverse 10 ó 20 dólares al día. Ahora oscila 100 dólares. Hay que seguir adaptándose: reducir el riesgo, gestionar el tamaño de los lotes y mantenerse alerta;
De cara al futuro, Bunyamin tiene dos grandes objetivos: ascender al nivel superior de una empresa de apuntalamiento y, algún día, operar una cuenta personal de un millón de dólares. Pero no tiene prisa, sabe que es un juego largo;
"He tenido meses buenos y he perdido cuentas", dice. "Eso forma parte de ello. La clave es volver a aparecer, aprender y crecer";
Cuando se le pregunta qué consejo daría a los principiantes, su respuesta es clara:
"Céntrate en la psicología y la gestión del riesgo. Cualquiera puede aprender a leer un gráfico. Pero si tu mentalidad no es sólida, nada de eso importa."
Su cita favorita procede de Trading in the Zone, de Mark Douglas: "Al mercado no le importas tú"
"Suena duro, pero es verdad", añade. "¿Su stop loss de 100 dólares? El mercado no va a por ti. Sólo está haciendo lo suyo. Hay que aceptar la responsabilidad y mantener el control";
Cómo negocia Bunyamin:
"El oro es una bestia. La volatilidad actual es una locura: hay que seguir ajustándose o te comerá vivo"
Sus objetivos:
Su consejo nº1 para nuevos operadores:
"Gestión de riesgos y psicología. Esa es la verdadera ventaja. ¿Los gráficos? Cualquiera puede aprenderlos";
Bunyamin's Book Recs:
Negociar en la zona<
Cuidado con la zona
Y su recordatorio favorito:
Al mercado no le importa tu stop loss. Sé dueño de tus operaciones. Sé dueño de tu mentalidad.